jueves, 24 de enero de 2008

La presa del Andévalo inaugurada en enero de 2004 aún no funciona por la desidia de ZP y Chaves

La presa del Andévalo, la tercera mayor de Andalucía con una capacidad total de 600 hectómetros cúbicos --sólo superada por el embalse Iznájar en Córdoba (981 hm3) y Guadalcacín en Cádiz (800 hm3)-- que supone un incremento de un 43 por ciento de los recursos hídricos de la provincia de Huelva, no está operativa para los regantes cuatro años después de haber sido inaugurada por el gobierno anterior.
La infraestructura fue inaugurada el 13 de enero de 2004 después de casi cuatro años de obra. Con sus 600 hectómetros cúbicos de capacidad se convertía en el mayor pantano de Huelva para la puesta en regadío de 10.000 hectáreas. La cifra estaba prevista en el plan del Andévalo Fronterizo, declaradas de interés general de la comunidad autónoma a finales de 2003 para paliar los problemas socioeconómicos de la zona. Cuatro años después de la inauguración de la citada presa y seis meses tras su incorporación efectiva al sistema hidráulico de la provincia, los agricultores siguen esperando un agua que aún tardará unos años en llegar, según se denuncia hoy en el Diario de Sevilla.
En 2007 empezó a estar en servicio, pero de forma insuficiente. Para llevar el agua hasta los campos son necesarias dos obras: la denominada toma de la presa, a cargo de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, y las conexiones entre la balsa de regulación y las agrupaciones de regantes. Ninguna de ellas ha comenzado todavía para desesperación de los agricultores.
El Consejo de Ministros autorizaba la contratación de la primera obra a mediados del pasado año, tres años después, y la Confederación la adjudicaba poco después. Con un presupuesto de casi 18 millones de euros, la empresa adjudicataria está finalizando el proyecto y se espera que a partir del mes de abril puedan comenzar las obras. Mientras tanto, la Agencia Andaluza del Agua habrá culminado la construcción de una estación de tratamiento de agua potable que servirá para que los pueblos del entorno puedan utilizar el agua de forma directa.
En el caso de los regadíos, la responsabilidad es la Consejería de Agricultura que debía construir las conducciones desde el depósito de regulación hasta las arquetas de las agrupaciones de regantes, para que estos se hagan cargo posteriormente de las tuberías hasta cada uno de los campos. Pero todo pendiente de la evaluación de impacto ambiental.
17 municipios onubenses que viven de la agricultura esperan, ya desesperados casi, el final de las obras y la puesta en marcha del embalse.
Hace cuatro años, José Antonio Gómez Marín, en El Mundo, saludaba la llegada del agua del Andévalo de este modo: "Contemplada a la distancia de un siglo, la provincia de Huelva parecerá otra por varias razones, pero sobre todo por una: por el agua. Si el embalse del Chanza supuso ya un vuelco en nuestras perspectivas, el viejo sueño de embalsar el agua del Andévalo no sólo enriquecerá esa deprimida región (ahí está el vasto ‘plan Surandévalo’, del que es arcángel flamígero el alcalde cartayero, que llega a la costa) sino que va a convertir en emporios muchas tierras que antaño fueron secarrales. Estamos viviendo un salto de gigantes, una transformación auténticamente histórica, que debe animar a todos sin excepción a contribuir a rematar la obra en lugar de perpetuar rencillas.
Actualmente, la lentitud negligente de la Junta de Andalucía y del gobierno Zapatero impiden la entrada en servicio de esta gran obra hidráulica inaugurada con el gobierno que antecedió a Rodríguez Zapatero.

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